TRATAMIENTO DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE CON MITOXANTRONE
El mitoxantrone es un fármaco empleado de forma habitual en el tratamiento de enfermedades hematológicas y oncológicas.
En los últimos años se ha comenzado a utilizar para el tratamiento de pacientes con
esclerosis múltiple, especialmente de aquellos casos con una enfermedad activa en la que otros tratamientos no han logrado modificar el curso clínico de la misma. En la Actualidad, está aprobado su uso para tratamiento de las formas recurrentes-remitentes activas a pesar de tratamiento convencional y para tratamiento de las formas secundarias progresivas.
Cómo se administra
El mitoxantrone es un medicamento que debe ser administrado por vía intravenosa, en el Hospital de Día, por lo que no es necesario el ingreso hospitalario.
Se administrará una vez al mes durante los tres primeros meses, y, posteriormente, cada tres meses hasta completar doce meses de tratamiento.
Efectos adversos
Los efectos adversos que pueden aparecer como consecuencia de la administración de este fármaco son:
• Náuseas y/o vómitos.
• Alopecia.
• Cefalea (dolor de cabeza).
• Trastornos menstruales.
• Diarrea.
• Elevación de las enzimas hepáticas.
• Infecciones urinarias y/o respiratorias.
• Alteraciones hematológicas.
• Alteraciones cardiacas.
• Aumento del riesgo de leucemia aguda (hasta la fecha, se han comunicado dos
únicos casos entre los pacientes de esclerosis múltiple tratados con mitoxantrone).
Aunque frecuentes, en su mayoría, estos efectos adversos son leves-moderados y transitorios.
En relación con la cardiotoxicidad, lo más frecuente es encontrar una pequeña caída de la función de “bomba” del corazón con respecto a los valores basales, sin que, en la mayoría de los casos, se traduzca en problemas clínicos. Además, el riesgo de daño cardiaco depende de la dosis total administrada, siendo muy infrecuente con dosis inferiores a los 140 mg. totales. No obstante, y, como medida de prevención, se realizará estudio cardiológico mediante ecocardiograma antes de iniciar el tratamiento y, posteriormente, en los meses 3,6 y 12.
Asimismo, se realizará control hematológico y de función hepática antes de cada curso de tratamiento.
Finalizado el tratamiento, se continuarán realizando controles periódicos, tanto hematológicos como cardiacos.
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