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Vídeo: Queratoplastia penetrante

Contenido

 

Queratoplastia lamenar automatizada (ALTK)


SISTEMA ALTK (Moria)

 

Se trata de un sistema diseñado tanto para realizar la disección corneal en el receptor como para obtener un homoinjerto corneal a partir del ojo donante. Los componentes de este sistema integral de QL son los siguientes:

 

• Microqueratomo automatizado: corte de alta velocidad (30.000 c/min.), adaptación de cabezales para conseguir diferentes profundidades de corte (130-400 µ). Esta disección automatizada logra injertos corneales de superficie regular y suave, además de conseguir un lecho receptor sin irregularidades.

 

• Tonómetro intraoperatorio de Barraquer.

 

• Cámara artificial: se trata de un dispositivo diseñado para poder obtener el injerto corneal donante. La utilidad de este sistema radica en permitir disecar un botón corneal a partir de tejido corneal (con un rodete de esclerótica alrededor), mantenido en los medios líquidos de conservación habituales, sin necesidad de disponer de un globo ocular íntegro (tiempo máximo de conservación de 24-48 horas).

 

• Unidad de vacío (consola fácilmente transportable), conectada al microqueratomo.

 

* Todos los componentes del sistema son reesterilizables en autoclave, salvo la unidad de vacío (no precisa esterilidad) y las cuchillas del microqueratomo (desechables; una cuchilla por paciente).

TECNICA QUIRURGICA

 

1. Queratectomía del receptor: el procedimiento se realiza generalmente bajo anestesia locorregional. Primero hay que elegir el diámetro del lentículo corneal que deseamos cortar en el paciente, preferiblemente de 8 a 8.5 mm. Se recomienda que no sobrepase 9 mm para minimizar la inflamación en el limbo. Con el fin de obtener el diámetro de lentículo deseado recurrimos al siguiente nomograma, donde OZ indica el diámetro de la zona óptica estimado y K es la queratometría media de la córnea del paciente.

 

Al combinar estos parámetros obtenemos de la tabla el número de anillo de succión (“vacuum ring”). El sistema dispone de varios anillos de succión (-1, 0, +1, +2) en los que difiere el grosor de la placa o del disco base. Este grosor determina el tamaño de córnea expuesta al fijar el anillo de succión sobre el ojo: placa delgada = número de anillo pequeño = mayor exposición corneal y mayor área corneal aplanada.

 

Para comprobar que el anillo de succión es el adecuado en nuestro paciente, utilizamos las lentes de aplanación. Cada una de estas lentes tiene marcada en su base un círculo, cuyo diámetro se indica en uno de los lados (8, 9 mm). Tras fijar mediante succión el anillo en el ojo del paciente, se seca la superficie y se aplana la córnea expuesta con la lente adecuada al diámetro de lentículo estimado. Se debe observar que el área aplanada queda enmarcada por el círculo de la lente. Si la zona de aplanación sobrepasa el círculo, debemos cambiar el anillo de succión por un número mayor (placa más gruesa). Si, por el contrario, esta zona no alcanza el círculo, hay que sustituir el anillo por otro de número inferior (placa más delgada) para que aumente el área de córnea expuesta.


A continuación, tras haber fijado mediante succión el anillo, se procede a la queratectomía mediante el microqueratomo. La profundidad de corte se determina fundamentalmente por el cabezal del microqueratomo. Disponemos de varios cabezales (250-350 micras), aunque generalmente usamos el de 250 micras para obtener una profundidad real de 300-310 micras aproximadamente, ya que actualmente se recomiendan queratectomías con este grosor aunque la lesión corneal sea más superficial. También se aconseja respetar una diferencia de 100 micras entre el grosor corneal menor (medido por paquimetría preoperatoria) y la profundidad de corte. Por ejemplo, si la córnea tiene un grosor mínimo de 450 micras, no debemos elegir un cabezal de 350 micras (profundidad real algo superior a 400 micras).
Tras irrigar el lecho corneal, medimos los diámetros vertical y horizontal del mismo para calcular el tamaño del injerto corneal.

 

2. Obtención del injerto corneal: Primeramente elegimos la lente de aplanación adecuada al diámetro del injerto que queremos obtener. Estas lentes son distintas a las que se usan en el receptor, y cada una tiene marcados tres círculos concéntricos que indican un determinado diámetro. El tamaño del injerto corneal debe ser un 10% mayor que el diámetro medido en el lecho estromal del receptor debido al fenómeno de retracción tisular.

 

Usamos el mismo cabezal de microqueratomo para conseguir un injerto corneal de grosor similar al del lentículo del receptor.
Es necesario disponer de una córnea donante que tenga un rodete escleral superior a 3-4 mm para conseguir un cierre estanco al colocarla en la cámara artificial. Se recomienda marcar el diámetro horizontal (mayor que el vertical) con el fin de suturar posteriormente el injerto respetando la orientación de las fibras de colágeno. Tras sellar la cámara artificial adecuadamente hay que comprobar la presión con el tonómetro de Barraquer (debe ser superior a 65 mmHg), ajustándola mediante el sistema de infusión. A continuación se coloca la lente de aplanación sobre la parte superior de la cámara artificial y se realizan los ajustes (mediante la tuerca lateral) hasta conseguir una impronta corneal que coincida con la marca circular precalibrada que hayamos elegido. Debemos secar antes la superficie corneal para evitar que se forme un menisco y la medida obtenida sea falsa.
Después sustituimos la lente de aplanación por las guías de corte, y procedemos a pasar el microqueratomo de forma regular. Hay que irrigar el lentículo obtenido para eliminar posibles partículas y restos de fibras.

 

3. Sutura del injerto corneal: Se coloca el botón corneal sobre el receptor, orientándolo adecuadamente, y se fija primero mediante cuatro puntos cardinales (nylon 10/0). Nosotros preferimos completar la sutura con puntos sueltos (un total de 16 generalmente), ya que hemos observado un aflojamiento prematuro cuando hemos utilizado sutura continua en estos casos. Se aconseja conseguir una buena coaptación de los bordes para evitar una epitelización de la interfase corneal.
La sutura puede extraerse a los 2-4 meses del postoperatorio.

 

 

 

 

 

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