Se
entiende por asma bronquial la alteración respiratoria
causada por una obstrucción reversible de los bronquios
y que se acompaña de una inflamación crónica
de las vías respiratorias inferiores. Los bronquios
se inflama y su luz se estrecha y se vuelven más sensibles
ante diferentes estímulos.
La incidencia del asma en la población
es aproximadamente del 10%, yendo en aumento. Es además
un problema económico de primera magnitud por absentismo
laboral, gasto farmacéutico y disminución de
la productividad.
Los factores causales del asma pueden
ser diversos. El ejercicio, los antiinflamatorios no esteroideos,
las infecciones virales y los alérgenos se encuentran
entre los más frecuentes. Cuando la causa del asma
es un alérgeno se habla de asma alérgica, atópica
o extrínseca (80% de los casos).
Entre los desencadenantes más
comunes de asma bronquial encontramos:
• Alergenos (pólenes, ácaros,
epitelio de animales, etc.)
• Ejercicio
• Sustancias contaminantes ambientales
• Humos domésticos, en particular
el humo del tabaco
• Agentes químicos irritantes
• Infecciones virales
• Reflujo gastroesofágico
• Factores emocionales: La risa
intensa, el llanto o las crisis de ansiedad, en ocasiones,
alteran el ritmo respiratorio y desencadenan una crisis aguda
de asma.
Los síntomas más frecuentes
por los que se manifiesta, son:
• Tos (la mayoría de las
veces de predominio nocturno)
• Silbidos en el pecho
• Opresión torácica
• Secreciones (flemas)
• Fatiga o dificultad respiratoria
No todos los pacientes tienen que presentar
todos los síntomas, además la intensidad de
los mismos es muy variable según los diferentes pacientes.
Hay que destacar que se acompaña
de rinitis hasta en el 80% de los casos.
El elemento fundamental para sospechar
la existencia de Asma bronquial es la clínica del paciente
(los síntomas anteriormente descritos). Una vez sospechada
esta enfermedad, es obligado el estudio alergológico
para un correcto tratamiento del paciente y es muy importante
la realización de un estudio funcional respiratorio.
El objetivo del tratamiento será
lograr el control de la enfermedad;¿Cuando consideramos
que el Asma Bronquial está controlado?, el Asma esta
controlado cuando el paciente puede realizar una vida normal
sin que los síntomas respiratorios interfieran en su
actividad habitual. Otro de los indicadores de control es
la falta de necesidad por parte del paciente de medicación
broncodilatadora de rescate de forma frecuente. Los médicos
también utilizan como marcador de control la medición
del pico de flujo espiratorio en domicilio (cuando existe
poca variabilidad entre las mediciones consideramos la enfermedad
controlada).
Es muy importante para el asmático
conocer cuales son los factores desencadenantes de su enfermedad
para así poder evitarlos o reducir el contacto con
ellos.
También es fundamental el reconocimiento
de cualquier cambio en los síntomas habituales del
paciente para de esta forma iniciar un tratamiento precoz
de los mismos (en este punto es primordial el haber enseñado
a los pacientes el correcto manejo de los diferentes medicamentos
y dispositivos de inhalación. Así mismo, es
importante saber cuando se precisa la ayuda médica
y solicitarla en el momento adecuado.
El tratamiento, consta de diversos pasos:
1. Control ambiental: Evitando los alergenos
o los posibles factores desencadenantes.
2. Tratamiento farmacológico:
Como los dos elementos fundamentales en el Asma son la existencia
de inflamación y obstrucción bronquial, los
medicamentos que se utilizan son broncodilatadores y antinflamatorios.
La forma de administración que se ha demostrado más
eficaz es la inhalada. Dentro de los antinflamatorios, los
más usados son los corticoides inhalados y los antileucotrienos
orales.
3. Tratamiento etiológico:
Vacunas antialérgicas (inmunoterapia)en pacientes seleccionados.
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