PROCEDIMIENTOS CON ANESTESIA LOCAL
El procedimiento requiere la administración de anestesia local y es posible que durante o después de la intervención sea necesaria la utilización de sangre y/o hemoderivados, de cuyos riesgos le informará el servicio de anestesia.
Tras la infiltración con anestesia local en la zona se va a tratar su lesión (apertura o extirpación total o parcial).
Cabe la posibilidad de que durante la cirugía haya que realizar modificaciones del procedimiento por los hallazgos intraoperatorios para proporcionarle el tratamiento más adecuado.
A pesar de la adecuada elección de la técnica y de su correcta realización pueden presentarse efectos indeseables, tanto los comunes derivados de toda intervención y que pueden afectar a todos los órganos y sistemas, como otros específicos del procedimiento:
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Poco graves y frecuentes: infección o hematoma de la herida quirúrgica; lesiones cutáneas por reacción alérgica a la medicación utilizada; cicatrices retráctiles o antiestéticas; molestias locales; dolor prolongado en la zona de la operación.
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Graves y poco frecuentes: reacción alérgica grave a los anestésicos locales que puede llegar a producir shock anafiláctico.
Estas complicaciones, habitualmente, se resuelven con tratamiento médico (medicamentos, sueros, etc.), pero pueden llegar a requerir una reintervención, generalmente de urgencia, incluyendo un riesgo mínimo de mortalidad.
Para la realización de esta técnica puede ser necesaria una preparación previa.
Debe comunicar al médico sus posibles alergias medicamentosas, alteraciones de la coagulación, enfermedades cardiovasculares, existencia de prótesis, marcapasos, medicaciones actuales o cualquier otra circunstancia.