Consiste en la extracción de un pequeño fragmento del hígado para analizar su estructura microscópica y poder valorar el tipo y el grado de enfermedad hepática que se padezca. Cuando su médico se la indica no suele haber otro método para realizar esta valoración.

Se realiza mediante una punción en el costado derecho con una aguja. Con anterioridad se anestesia el trayecto de la aguja con lo que la punción es poco molesta.
El paciente debe estar en ayunas de varias horas e ingresado en el hospital.

Generalmente puede volver a su domicilio a las 24 horas y reanudar una vida normal a los 3-4 días de la punción; hasta entonces se aconseja un reposo relativo.

Es muy poco probable que haya complicaciones; muy rara vez puede producirse un sangrado interno que obligue a una intervención quirúrgica.