CIERRE DE FÍSTULA URETRAL
Mediante este procedimiento se pretende obtener una mejora de la calidad miccional y suprimir la sonda vesical (si fuese portador de ella).
El procedimiento requiere la administración de anestesia, de cuyos riesgos le informará el Servicio de Anestesia.
La técnica quirúrgica a emplear depende de varios factores, como la localización del orificio, la existencia de una única fístula o de fístulas múltiples, el estado de los tejidos circundantes y la posible necesidad de corregir algún otro elemento anatómico anómalo del pene. Por eso puede ir desde un cierre simple en varios planos a una rotación de colgajos o a una cirugía en dos tiempos, uno de puesta a plano y otro posterior de reconstrucción.
Cabe la posibilidad, sobre todo si la fístula es compleja, de que durante la cirugía haya que realizar modificaciones del procedimiento por los hallazgos intraoperatorios para proporcionarle el tratamiento más adecuado, incluyendo dejar una sonda durante algunos días.
A pesar de la adecuada elección de la técnica y de su correcta realización, pueden presentarse efectos indeseables, tanto los comunes derivados de toda intervención y que pueden afectar a todos los órganos y sistemas, como otros específicos del procedimiento, como: reaparición de la fístula, que se ha constatado globalmente en el 50% de los casos; infección; inflamación; o discreto sangrado y dolor o dificultad miccional post-operatoria; incurvación del pene con la erección.
Estas complicaciones habitualmente se resuelven con tratamiento médico (medicamentos, sueros ...) pero pueden llegar a requerir una reintervención
Para la realización de esta técnica puede ser necesaria una preparación previa, aunque puede ser posible su realización sin una preparación completa.
Debe usted advertir al médico de sus posibles alergias medicamentosas, alteraciones de la coagulación, enfermedades cardiopulmonares, existencia de prótesis, marcapasos, medicaciones actuales o cualquier otra circunstancia.