Servicio de Urología: Intervención de lumbotomía.  
 

 

INTERVENCIÓN DE LUMBOTOMÍA

La lumbotomía es un tipo de intervención quirúrgica muy frecuentemente utilizada en Urología. Se realiza mediante una herida en el flanco que, a veces, requiere extirpar alguna costilla.

Mediante este tipo de operación es posible tratar algunas enfermedades del riñón, de las cavidades renales, del uréter lumbar y de las glándulas suprarrenales.

Como toda intervención quirúrgica no está exenta de riesgos. Entre sus COMPLICACIONES mas importantes, que el paciente debe conocer, hay que destacar:

COMPLICACIONES OPERATORIAS:

  • Hemorragia. Representa la complicación más peligrosa de la cirugía urológica. A pesar de todas las precauciones que se adoptan, se producen, a veces, hemorragias graves que amenazan la vida del enfermo. En general, requieren transfusiones de sangre.
  • Penetración en la cavidad pleural (lugar donde se alojan los pulmones), que, en raras ocasiones, hace necesaria la utilización de un tubo de drenaje de tórax.
  • Lesión intestinal.
  • Lesión de vísceras abdominales (hígado, bazo, páncreas,...).
  • Trastornos cardiovasculares (infarto de miocardio, paro cardíaco,...). · Complicaciones inherentes al proceso anestésico.
  • Fracaso renal agudo por alteraciones hemodinámicas (hipotensión severa, isquemia,...).
  • Lesiones por la corriente eléctrica que, aunque son raras, pueden producir desde pequeñas quemaduras hasta electrochoque.

COMPLICACIONES POSTOPERATORIAS:

  • Infección de la herida.
  • Dehiscencia de la herida (separación de los músculos produciendo como una hernia en la herida), o, más frecuentemente, debilidad de la pared muscular.
  • Con gran frecuencia, queda una banda de anestesia cutánea en realción con la herida. En muy raras ocasiones, si un nervio queda incluido en un punto o en la cicatriz se puede formar un neuroma cicatricial que resulte doloroso.
  • Fístula intestinal (comunicación del intestino con el exterior u otro órgano). Puede requerir reintervención.
  • Hemorragia secundaria grave que puede requerir reintervención para controlar el sangrado.
  • Hemorragia digestiva, a menudo relacionada con úlcera péptica previa. · Complicaciones pulmonares (neumotórax, neumonía, atelectasia,...).
  • Complicaciones cardiovasculares (infarto de miocardio, embolismo pulmonar, tromboflebitis,...).
  • Absceso lumbar (colección de pus en la zona del riñón, que puede necesitar tratamiento quirúrgico).
 

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