María Melero
Los pacientes a menudo no están en condiciones de mantener por sí solos un equilibrio hidroelectrolítico adecuado, o padecen trastornos secundarios al mismo; en estos casos, se hace necesario el tratamiento médico con líquidos y electrolitos. Los principios para el tratamiento con líquidos y electrolíticos son:
A. Administrar los requerimientos diarios basales: En condiciones normales, en ausencia de trastornos hidroelectrolíticos, cuando un paciente no puede o no debe utilizar el tubo digestivo, se deben suplir las necesidades mínimas basales de agua, energía y electrolitos:
Para mantener estos mínimos basta con administrar 2.000-3.000 ml de sueros glucohiposalinos (glucosa al 5% y ClNa al 0.45%) o bien alternando 1.000 ml de glucosado al 5% con glucosalino (glucosa 5%; ClNa 0.9%) añadiendo 10 mEq de ClK en cada 500 ml.
Si la situación del paciente se prolonga durante más de 7 días, es necesario añadir calcio, magnesio, fósforo, vitaminas y proteínas mediante preparados de nutrición parenteral (total o periférica)
B. Reemplazar pérdidas y corregir déficits: Para calcular las pérdidas de agua, lo mejor es controlar el peso diariamente del paciente. Pérdidas insensibles: sudación y aparato respiratorio (500-1000 ml/d), ambas deben reponerse con glucosado al 5% o hiposalino (0.45%); pérdidas gastrointestinales, urinarias y desplazamientos internos rápidos de líquidos; éstas deben corregirse con salino isotónico.
C. Prever y corregir pérdidas adicionales: fiebre, sudación, poliuria...
El agua corporal total (ACP) representa el 60% del peso (50% en mujeres) y se distribuye como sigue: 2/3 en el líquido intracelular (LIC) y 1/3 en el líquido extracelular (LEC) donde, a su vez, las 3/4 corresponden al líquido intersticial y 1/4 al plasma.
Los cambios en el LEC dependen de la ganancia o pérdida de sodio que hace secundariamente que se gane o pierda agua.
A. Deplección del LEC
Situaciones en las que se pierde tanto sodio como agua.
B. Exceso de LEC
C. Poliuria
Se define como una diuresis diaria mayor a 3-4 litros; ésta a su vez puede ser acuosa (osmolalidad urinaria < 250) u osmótica (osmolalidad urinaria > 300):
D. Osmolalidad plasmática e hiato osmolar
La osmolalidad plasmática normal es de 280-295 mosmol/Kg; se puede calcular en el laboratorio y a partir de la fórmula: 2[Na + K] + (Gluc/18) + (BUN/2,8). Cuando la osmolalidad calculada y la determinada por el laboratorio difieren en más de 10 mOsm/L, denota la presencia de osmoles no calculados (hiato osmolar) que pueden corresponder a manitol, glicina, lípidos, proteínas o alcoholes tóxicos.
E. Hiponatremia
Se dice que hay hiponatremia cuando el Na plasmático es menor de 130 mEq/l. La hiponatremia suele acompañarse de hipoosmolalidad.
1. Clínica: fundamentalmente neurológica (focalidad si existe enfermedad de base):
2. Diagnóstico diferencial (ver cuadro)
3. Tratamiento:
Todos los estados de hipernatremia se asocian con un aumento de la osmolalidad plasmática. La clínica es variable: temblor, irritabilidad, ataxia, espasticidad, confusión, convulsiones y coma. Las causas podemos dividirlas en tres grandes grupos: pérdida de agua libre, baja ingesta de agua y aumento neto de sal.
El potasio corporal total de un adulto normal es de unos 40-50 mEq/Kg de los que sólo el 1.5% se encuentra en el líquido extracelular. La ingesta normal es de 1-1.5 mEq/Kg; el 10% se pierde en las heces y el sudor y el 90% por el riñón.
El potasio sérico se corresponde con el potasio corporal total salvo en las alteraciones del pH; donde un descenso de 0.1 en el pH supone un aumento del potasio sérico de 0.1-0.7; y un aumento del pH de 0.1 supone un descenso en igual proporción del potasio sérico.
A Hipopotasemia (K+ < 3.5)
1. Aproximación diagnóstico-etiológica
Por cada mEq de potasio por debajo del límite normal existe una pérdida total de 200-400 mEq
2. Clínica:
- Aparece cuando el potasio sérico es menor de 2.5:
- Malestar general, fatiga, alteraciones musculares (debilidad, hiporreflexia, parestesias, calambres, sd. de piernas inquietas, parálisis, insuficiencia respiratoria, rabdomiólisis)
- Gastrointestinales: estreñimiento, ileo, vómitos
- Encefalopatía hepática
- Cardiovasculares: Hipotensión ortostática, arritmias (sobre todo si se asocia a tto digitálico); alteraciones electrocardiográficas (aplanamiento de la T, disminución del QRS y depresión ST).
- Riñón y electrolitos: alcalosis metabólica, alteraciones de concentración de la orina con poliuria, disminución de la filtración glomerular, intolerancia a la glucosa...
3. Tratamiento
- Hipokaliemia leve (K+ >2.5): Cloruro potásico por vía oral (si existe alcalosis metabólica y bajo líquido extracelular). Diuréticos ahorradores de potasio (si hay pérdidas renales). Si hay intolerancia oral Cloruro potásico I.V.: 10 mEq/h a una concentración de 30 mEq/L (administrar en suero no glucosado)
- Hipokaliemia grave (K+<2.5) y alteraciones ECG o síntomas neuromusculares graves: Cloruro potásico 40 mEq/h (60 mEq/L). En vías grandes (femoral; lejos del corazón) se pueden introducir hasta 200 mEq/L (100 mEq/h)
B. Hiperpotasemia (K+>5)
1. Clínica:
Con potasio sérico mayor de 6.5 aparece debilidad, parestesias, arreflexia, parálisis ascendente y alteraciones cardiovasculares: bradicardia, incluso asistolia, aumento de conducción AV con bloqueo completo y fibrilación ventricular.
2. Alteraciones electrocardiográficas:
- K sérico 5.5-6: Ondas T picudas y acortamiento QT
- K sérico 6-7: PR largo y ensanchamiento del QRS
- K sérico 7-7.5: Aplanamiento de la T y mayor ensanchamiento del QRS
- K sérico > 8: Onda bifásica (por fusión del QRS ensanchado y la onda T); paro inminente.
Estas alteraciones son mayores si se asocia con hiponatremia, hipocalcemia y acidosis.
3. Tratamiento
- Hiperkaliemia leve (5.5-6.5): restringir potasio de la dieta; resincalcio por vía oral, 20 gr/8h, o en enema 30-50 gr/8 h en 200 cc de agua.
- Hiperkaliemia moderada (6.5-7.5): suero glucosado al 20%. 500 cc+15 UI actrapid, a pasar en una hora.; Bicarbonato sódico 1 M 50-100 ml (300-600 1/6M) en 30' (si existe acidosis). Mantener las medidas de hiperkaliemia leve.
- Hiperkaliemia grave (> 7.5): gluconato cálcico I.V. para contrarrestar los efectos sobre el corazón (1 ampolla al 10% en 2,5 min; que se puede repetir a los 5 minutos) o bien 3 ampollas de Calcium Sandoz® 10% en 50 cc glucosado a pasar en 10 minutos. Se mantienen las medidas anteriores. Hemodiálisis si fracasan las medidas anteriores o no se puede aplicar o aparece hiperpotasemia de rebote.
- Los casos crónicos (insuficiencia renal): tratamiento etiológico (restricción dietética y diuréticos de asa).
Los trastornos del equilibrio acidobásico son muy comunes en la práctica clínica, en especial en pacientes hospitalizados. Su presencia puede sospecharse basándose en la evaluación efectuada a la cabecera del enfermo, pero en el análisis final para el diagnóstico exacto y el tratamiento apropiado se requieren datos de laboratorio fiables.
Todos los días se producen aproximadamente 1 mEq/Kg de ácidos fijos no volátiles a partir del metabolismo de aminoácidos azufrados y de los hidratos de carbono y grasas que no se oxidan totalmente a CO2 y agua y se excretan por el riñón. La regulación del pH dentro de límites muy reducidos depende de los pulmones, riñones y diversos sistemas de tamponamiento. El anhídrido carbónico, producto final de la hidrólisis del ácido carbónico, es eliminado por los pulmones, los demás ácidos se excretan por el riñón que es, en última instancia, el encargado de corregir las alteraciones del equilibrio ácido-base.
H+ + CO3H- Û H2CO3 Û CO2 + H2O
En condiciones normales, el pH varía entre 7.36 y 7.44; la pCO2 entre 35 y 45 y el CO2 total entre 24 y 32 (si la gasometría es venosa, los valores normales quedan como sigue: pH: 7.32-7.38; pCO2: 42-50; CO2 total: 25-33)
Los trastornos primarios del equilibrio ácido-base aparecen en estados en los que se modifica el bicarbonato (alcalosis y acidosis metabólica) o la pCO2 (acidosis y alcalosis respiratoria). Estos determinan un desplazamiento del pH sanguíneo y generan respuestas compensatorias que mantienen el pH dentro del rango normal aunque de forma incompleta.
A. Acidosis metabólica
Descenso del bicarbonato que refleja una acumulación de ácidos fijos o una pérdida de bases. La respuesta compensatoria consiste en un aumento de la ventilación con descenso de la pCO2. Esta respuesta comienza en una o dos horas y alcanza su valor máximo en 12-24 horas.
B. Alcalosis metabólica
En la alcalosis metabólica existe un aumento primario de bicarbonato y es consecuencia de una pérdida de ácido o, más raramente, una ganancia de bicarbonato. La respuesta compensatoria consiste en una hipoventilación con retención de carbónico; el grado de hipoventilación disminuye en caso de hipoxia.
C. Acidosis respiratoria
En la acidosis respiratoria hay un aumento primario de carbónico que aparece en procesos que interfieren en la eliminación pulmonar de CO2; la respuesta compensatoria que tiene lugar durante varios días, consiste en un aumento de la reabsorción y producción renal de bicarbonato dando lugar a un aumento de éste en suero.
D. Alcalosis respiratoria
La alcalosis respiratoria se caracteriza por un descenso primario del anhídrido carbónico como consecuencia de hiperventilación primaria; la respuesta, que dura varios días, consiste en un aumento de la excreción de bicarbonato por el riñón, lo que disminuye el bicarbonato en suero.
Si la corrección de la pCO2 en un paciente con alcalosis respiratoria crónica se hace rápidamente, se induce una acidosis metabólica como consecuencia de la compensación metabólica previa.
E. Trastornos mixtos
Son frecuentes en pacientes con procesos agudos y suelen diagnosticarse por las manifestaciones clínicas. Es necesario comprobar los cambios compensatorios reales de pH, pCO2 y bicarbonato con los teóricos:
Trastorno primario |
Alteración inicial | Respuesta compensatoria |
---|---|---|
Acidosis metabólica | ¯HCO3- | ¯pCO2 de 1-1.3 mm Hg por cada mEq de HCO3-¯ |
Alcalosis metabólica | HCO3- | pCO2 de 0.6-0.7 mm Hg por cada mEq de HCO3- |
Acidosis respiratoria aguda | pCO2 | HCO3- en 1 mEq por cada 10 mmHg pCO2 |
Acidosis. respiratoria crónica | pCO2 | HCO3- en 3.0-3.5 mEq por cada 10 mmHg pCO2 |
Alcalosis respiratoria aguda | ¯pCO2 | ¯HCO3- en 2-2.5 mEq por cada 10 mmHg pCO2¯ |
Alcalosis respiratoria crónica | ¯pCO2 | ¯HCO3- en 4-5 mEq por cada 10 mmHg pCO2¯ |
De todos modos, a veces, valores dentro del intervalo teórico de un trastorno simple pueden representar un trastorno mixto. Así mismo, deben determinarse los electrolitos séricos y calcular el hiato aniónico.
Causas frecuentes de trastornos mixtos:
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